Prologo de Txus Romon (5º UTMB 2008):
ULTRATRAIL DEL MONTBLANC, SOÑAR DESPIERTO
Txus en UTMB 2008 |
Hace
cuatro años, 2008, tuve la suerte de vivir un sueño, disputar el UTMB en
Chamonix. Era una carrera alrededor de la montaña más alta de Europa y uno de
los sitios más espectaculares del mundo. Allí estaban los más grandes
corredores de Ultratrail conocidos y era una suerte poder compartirlo junto a
ellos, correr a su lado.
Sin yo saberlo eran muchos los que me seguían desde
casa y empujaban, sufrían y disfrutaban conmigo. Uno de ellos era Txapel,
Gaizka Barañano. En ese momento empezó a compartir mi sueño y el de muchos
otros, algún día el también correría el UTMB, lo tenía que hacer.
Cuatro
años creciendo, aprendiendo a correr largas distancias, conociendo su cuerpo y
preparando su mente. De repente llega el día y por fin esta allí, en la cuna
del alpinismo, en el mismo sitio que los corredores a los que tanto admira. Por
fin lo va a hacer, está apunto de empezar a vivir el sueño de tantos años.
Las
tornas han cambiado y ahora entre todos los que le siguen, en Chamonix su
familia y en casa los amigos, estoy yo, deseando que todo vaya bien y que
Txapel pueda vivir su experiencia a tope; los demás lo compartimos, caminando y empujando.
Ya
suena la música, todo está listo, Gaizka despierto pero en otro sitio, dentro
de esa historia que lleva mucho tiempo escribiendo. Suena La Conquista del
Paraíso, comienza el sueño. Animo Txapel, lo vas a hacer… ¡Aurrera!
TXUS
ROMON
167 km, 10.000 m de desnivel +.
La carrera que da la vuelta al Montblanc, discurriendo por
los Alpes franceses, italianos y suizos.
4 maratones de montaña, más que el desnivel del mar al
Everest.
El Campeonato del Mundo de carreras ultra de montaña.
La carrera más importante del mundo de ultratrails.
Estas son unas pocas de las habituales definiciones que se
emplean para definir el Ultra Trail de Montblanc (UTMB), la carrera con la que
todo corredor de ultratrail sueña correr alguna vez, la carrera a la que todo
corredor quiere llegar en el momento optimo de forma, la carrera a la que
muchos corredores invierten sus ahorros para desde la lejanía acercarse a
Chamonix.
1 h 30 antes de la salida |
Llegó el gran día, el viernes 31 de agosto. A las 18.30
estaba anunciada la salida de esta gran cita, pero ya desde días anteriores se
rumoreaban cambios de última hora debido a las condiciones meteorologías. La
meteo de la Casa de la Montaña anunciaba frío (-5º), viento (70 km/h) y nieve a
1.800 m (la carrera asciende hasta 2.700 m).
Esa misma mañana se constata la peor de la previsiones, la hora de salida se retrasa 30 min (no entiendo porque) y se recorta el recorrido de la carrera a 100 km con 6.000 m +, únicamente discurriendo por Francia. La decepción y rabia es palpable en tod@s los corredores, un año más, y ya son tres consecutivos, no se puede realizar el recorrido completo de la UTMB.
Esa misma mañana se constata la peor de la previsiones, la hora de salida se retrasa 30 min (no entiendo porque) y se recorta el recorrido de la carrera a 100 km con 6.000 m +, únicamente discurriendo por Francia. La decepción y rabia es palpable en tod@s los corredores, un año más, y ya son tres consecutivos, no se puede realizar el recorrido completo de la UTMB.
Mi gran duda, en este momento es, cuándo debo de acercarme a
la línea de salida, ya que somos alrededor de 2.500 los corredores que
tomaremos parte de la carrera y si quiero salir en los primeros puestos
relativamente, debería de ir 2 horas antes. La gran mayoría de los corredores
vascos que conozco, tienen pase VIP por disponer en su curriculum de una
carrera de 100 millas en menos de 27 horas (7 corredores), así que me las tendré
que apañar yo solito.
Afortunadamente, no llueve y una hora y cuarto antes, me
coloco bastante adelante en la parrilla de salida, pegado a la valla donde
están Eneritz, Ángel y Maribel.
Esperando sentado la salida |
Bueno, me despido de los míos, salto para quitar los
nervios, me concentro, y ya no hay marcha atrás, música de "Vangelis", pelos de
punta y salida.
Entre los 300 VIPS y otros tantos que hay delante mío, estaré
en la salida, alrededor del 600 pero no me preocupa, los 8 primeros km son
ligeramente rápidos y por senderos anchos por los que podré adelantar
posiciones.
Pasan los metros, incluso los km y el público sigue agolpado
a ambos lados del recorrido, nos adentramos en un bosque encontrándome con
diferentes corredores conocidos como José Vicente Benito (auténtico portento que
el fin de semana pasado hizo una prueba parecida a la UTMB quedando tercero y
se ha planteado como reto acabar la UTMB con menos de una semana de descanso),
Iker Urizar, Nerea Martínez (equipo Salomon), Fernanda Maciel (equipo North
Face)…
Les Houches, es el primer avituallamiento y punto de
referencia en el km 8 (menos de 35 min), donde nos encontramos un espectador de
lujo, allí estaba Kilian Jornet animando a los corredores. La gente se agolpa a
ambos lados del recorrido cuando de repente veo como recién bajados del autobus,
todavía sin colocarse del todo, están Eneritz y sus aitas.
“Venga Gaizka, animo Txapel, ¿quieres algo?” me pregunta
Eneritz, haciendo referencia a la bebida energética.
“No, en el siguiente”
le contesto.
Ahora nos enfrentamos a la primera cima, Le Delevret, en el
km 15, en donde en la primera parte del ascenso me sorprende alcanzar al
ganador de la UTMB 2010 (también recortada), Jez Bragg del equipo North Face.
Al de poco de adelantarle con mucho cuidado y respeto, me alcanza un corredor
que me pregunta:
“Tu, eres amigo de Zigor, no?”
“Si” le contesto sorprendido aunque creyendo porque lo dice.
“Pero muy amigo, no?” me reitera
“¿Pues?” le pregunto.
“Por la mochila” me responde.
Zigor me ha prestado un prototipo de mochila que North Face está
trabajando para el 2014. Desde mi modesta opinión, me encanta, voy como un niño
con zapatos nuevos.
Con Arnau Julià |
La compañía de Arnau y la conversación con él, es todo un
placer, para mí compartir momentos de carrera con corredores de los que he
leído muchas entrevistas y de los que admiro, es un lujo. Su perfil montañero
hace que en tramos de subida vaya muy fuerte y no pueda, ni quiera seguirle, ya
que tengo y debe de ir a mi ritmo.
Como todo, lo que sube, baja, así que después de La Delevret (paso en el puesto 86),
nos deslizamos a Sant Gervais en el km 21 donde, ya de noche y con la compañía
constante de la lluvia, tendremos el primer avituallamiento fuerte de carrera,
pasando por aquí con poco más de dos horas de carrera (puesto 71).
Llego a un avituallamiento plagado de público animando,
entre los que quiero localizar a los míos, no veo a nadie, entro en la carpa,
madre mía, esto más que un avituallamiento de una carrera de montaña parece el
cumpleaños de mis sobrinos: salchichón, queso, chocolate, galletas, uff !!!, la
gula me puede y cojo un trozo de queso.
“Gaizka centrate y vamos a lo que vamos” pienso para mis
adentros, cojo plátanos, una barrita, relleno el agua y salgo con la esperanza
de que Eneritz este fuera para rellenar el otro botellín con isostar. Dicho y
hecho.
“Gaizka” oigo entre la gente, ahí está Eneritz.
“¿Qué tal?” me pregunta mientras me da el liquido.
“Bien, muy bien, marcharos para casa que no tiene sentido
que estéis aquí de noche y lloviendo, es mejor que madruguéis” le contesto
mientras relleno combustible.
Me despido también de Ángel y Maribel que están fuera de la
carpa, ya que a esta, solo puede entrar un acompañante por corredor.
De aquí al siguiente avituallamiento en Les Contamines, en
el km 30, será un constante ascenso donde habrá que reponer fuerzas, ya que de
allí hasta el km 40 tendremos un fuerte ascenso a La Blame, donde rozaremos los
2000 m.
Foto de kataverno.com |
Antes de la prueba, he echado a un vistazo al perfil del
recorrido modificado y había tres puntos en el que rozamos los 2.000 m (a 1.700
m están previstas nieves, temperaturas muy bajas y fuertes vientos), este sería
el segundo de ellos y en el primero no hemos pisado nieve, así que, estoy
bastante tranquilo.
Esta tranquilidad dura poco, ya que según vamos ascendiendo
a Le Balme, en donde permaneceremos cerca de 2.000 m durante unos cuantos kilometros,
la lluvia se transforma en nieve, el sudor caliente del esfuerzo por el
ascenso, se transforma en sudor frio por las bajas temperaturas y el correr
alegre que mantenía, se transforma en un triste trote que mantengo más por entrar
en calor que por avanzar a mayor velocidad.
Me vienen a la cabeza las palabras de mi hermano Iñigo que
me dijo que en internet se comentaba que esta edición iba a ser una UTMB épica
debido a la mala climatología.
Si en los previos a la UTMB pensaba en un puesto determinado,
o un tiempo para realizar la prueba, en este momento solo pienso en acabarla.
La nieve, el frío y el viento, hace que ya no solo mantenga mis 4 capas de ropa,
sino que me veo obligado a ponerme el gorro que me había quitado, los guantes
de abrigo y los guantes impermeables (son unos guantes que obliga la
organización, que es lo más parecido a los guantes de lavar los paltos)…, todo
es poco. Aun y todo, nunca había pasado tanto frio. Hasta el momento ha sido un
goteo constante adelantando corredores, pero en este momento prefiero ir más
despacio e ir acompañado de otros dos valientes.
Estamos entre el km 40 y 45 aproximadamente (puesto 54) y mi cabeza solo
trabaja para la superación de la prueba, me da igual todo lo demás. Como, bebo,
se me pasa por la cabeza si hubiésemos hecho el recorrido original ascendiendo
varias veces a 2.700 m, uff !!! hubiese sido una autentica imprudencia.
Afortunadamente empezamos a descender, el frío cede, la nieve
se deshiela y las malas sensaciones desaparecen. Menos mal, lo he pasado muy
mal. Ahora nos acercamos al avituallamiento del km 55, Les Contamines.
Foto de kataverno.com |
Una vez más, la gula hace acto de presencia y unas galletas
cookies me miran diciéndome “cómeme”, yo obediente les hago caso. Relleno los
botellines de agua y cojo plátanos para más tarde, el potasio es importantísimo
(ah!!! y cuanto más maduros mejor).
Al salir del avituallamiento, me encuentro con aficionados
vascos (de las Encartaciones, en particular) que están haciendo seguimiento y
con Pablo Criado, los cuales me informan que Zigor está con los de adelante y
que Aitor Leal se ha retirado.
Llevo 6 horas de carrera, o lo que es lo mismo son las 1 de
la madrugada (puesto 54) y aunque en los últimos kilometros hemos aminorado el ritmo y lo he pasada
muy, pero que muy mal, ahora las sensaciones son buenas y empiezo a mirar con
otros ojos la carrera, ya hemos pasado la mitad de la prueba y estamos cerca de
lo que sería en Hiru Handiak, Landa, así que habrá que empezar a apretar el
ritmo.
Dicho y hecho, ttipi-ttapa, ttipi-ttapa.
Cuando de repente en medio de la oscuridad:
“Ostias Zigor, que pasa?” le pregunto al bizkaitarra de
North Face.
“Que me he caído” me contesta mientras se levanta el
pantalón enseñándome la avería que tiene en el muslo.
“Venga, vamos” le animo.
“Que va, no puedo” me contesta con una voz entre impotente y
rabiosa.
“Joder, cagüen la puta” son las palabras que me salen.
Pasan los metros y los km y sigo jurando en alto debido a la
rabia que me provoca la caída del de Euba. Iba entre los 10 primeros con buenas
sensaciones y su intención era ir de menos a más.
Por mi parte, las buenas sensaciones continúan. Muchos
pensareis que la oscuridad y la constante lluvia tienen que ser algo que
desgasta, pero os tengo que decir que mi único malestar lo provoca la niebla,
que produce una sensación de inseguridad al reducir la visibilidad en la
oscuridad de la noche.
Después de ascender y descender un par de collados, mi
próximo objetivo es Les Houches, avituallamiento en el km 74. Continuo en un
contaste adelantamiento de corredores, lo cual me motiva de manera exponencial. Ya veo abajo Les Houches, cuando de repente, upps !!!, se me está acabando las
pilas del frontal. Intento apurar al máximo, a ver si llego hasta el
avituallamiento para no tener que cambiarlas en la oscuridad. Cada vez veo
menos, tengo que reducir la velocidad ya que la inseguridad en la pisada
aumenta, me adelanta un par de corredores, upps !!!, esto empeora, cada vez veo
menos, upps !!!, no veo nada, esto es ahorro de energía y lo demás es tontería.
Me veo obligado a parar en la oscuridad a cambiar las pilas,
me tengo que quitar los dos guantes, saco las pilas con sumo cuidado, ya que si
se me caen no las encontraría. No siento las manos, quito las pilas del frontal
pero tengo las puntas de los dedos insensibles, lo que hace que me vea incapaz
de saber si la pila esta por el polo positivo o negativo, por lo que tengo que
palparlo con la lengua. Mientras acabo la operación, me adelantan otros tres
corredores.
Prueba superada, me levanto y continuo el descenso lleno de
fuerza acumulada, rabia por la pérdida de tiempo y lo más importante, lleno de
luz.
Foto de kataverno.com |
Una vez en el avituallamiento, cual es mi sorpresa cuando
oigo a la hinchada al pie del cañón (entre el retraso de los autobuses de la
organización y el querer venir a este punto del recorrido, apenas han dormido
una hora. Eso sí que es esfuerzo, sacrificio y resistencia). Eneritz con sus
armas de mujer ha conseguido un hueco en una mesa donde me ha organizado todo
el avituallamiento.
“¿Qué tal vas?” me pregunta inquieta, conocedora de que he
perdido una posición (a Eneritz le llegan a su teléfono por sms todos mis tiempos
y posición por los controles de paso).
“Bien, he tenido que parar a cambiar las pilas, por eso me
han pasado” le respondo para que le informe a mi hermano que está haciendo mi
seguimiento a través del blog. Ante todo tener a los seguidores informados.
“Vas el 37” me informa Eneritz.
Hasta este momento no tenía ni idea de mi posición y la trigésimo septima plaza en el UTMB es brutal.
Repongo los botellines, plátanos y cojo el sándwich sorpresa
de nutela que la hinchada me ha preparado.
Madre mía, 74 km para conseguir el
tan ansiado sándwich de nutela.
Me despido de los míos con muy buenas sensaciones y en la
salida del avituallamiento me acompaña un corredor que conocí en Aneto, que me
informa de los aproximadamente 5 km de subida que me quedan por asfalto y ya
sería todo para abajo hasta Chamonix, según sus datos.
La mente me va a más, voy muy fuerte pero en las ultras hay
que saber afrontar los momentos malos y ser fuerte, pero también hay que saber
regular y controlar en los momentos de fortaleza.
Una vez empezamos el ascenso del puerto, me alcanza de nuevo
Arnau. La conversación es muy agradable, Arnau es de estas personas con las que
en pocos minutos de conversación sabes que encajas, que es un buen tío.
Me veo muy fuerte, así que, aunque la gente sube andando, me
aventuro a echar a correr, no fuerzo demasiado y de hecho, a ratos alterno el
correr con el andar, pero el adelantar constante de corredores me pone
eufórico.
Sinceramente, voy como un toro, me sorprendo a mi mismo lo
fuerte que voy, con todo el respeto al resto de corredores, esto es lo más
parecido al comecocos, adelanto uno y ya voy a por el siguiente, y más y más.
Hacemos cima en Merlet, km 80, con 9 h 25 min de carrera (4:25
am y puesto 30), según la información aportada, ya solo queda un descenso hasta Chamonix.
Sorprendentemente en el km 90, fuera de mis planes y mis informaciones nos
presentan un ascenso de 500 m de desnivel en poco más de 3 km que después de 90
km y de manera inesperada, es mortal.
Ya me he metido dos geles pensando que va a ser los últimos
de la carrera, pero es que este ascenso se merece esto y más, las fuerzas
empiezan a flojear. Aunque adelanto a algún que otro corredor, la soltura y la
frescura con la que corría hasta el momento ha desaparecido.
Es momento de sufrir, de apretar los dientes, de
mentalizarme que estoy en el UTMB en el top30 y que no puedo tirar la toalla,
es momento de acordarme de muchos de vosotr@s. En este momento aparece el
diablo malo, el que me incita a dejar de apretar, a aflojar el ritmo, pero
tengo que ser fuerte y no sé porque, me viene a la cabeza un lejano amigo que
gracias a esta droga que son las carreras de montaña, ha renunciado a otras
drogas no tan recomendables. Esto me hace fuerte, me acuerdo de él y de mucho@s
otr@s que me estais siguiendo y no puedo más que afrontar este muro que sé que
puedo y tengo que derribar.
Con sumo esfuerzo y mirando para atrás de seguido, hago cima
en el km 92,5 con 11 h 20 de carrera (6:20 am), y me lanzo en el descenso con
gran sacrificio, en lo que según mis datos serán los últimos 7 km y medio. Una
vez más y ya van tres, me tomo otro gel pensando que va a ser el ultimo de
carrera y tiro para abajo.
Cuesta abajo hasta la mierda corre, eso suelen decir. Pues
en mi caso no, me alcanzan dos corredores, ya se está haciendo de día y aunque
por momentos parece que se me escapan, hago de tripas corazón y no dejo que lo
hagan así por así.
Km 99,5 pidiendo informacion a Angel |
Km 98, les sigo de cerca, reservando un puntito de fuerza
para los últimos metros en caso de necesidad. Seguimos bajando, alcanzamos a
otro corredor, ya somos cuatro, tiene que quedar poco, ya veo a lo lejos el
asfalto, el sendero es estrecho, arriesgo en una curva para adelantarles y
coger posiciones, aprieto todo lo que mis piernas pueden, miro para atrás, les
he dejado, no parece que pongan mucha resistencia, llegamos al asfalto, le veo
a lo lejos a Ángel cámara en mano, mi reloj me informa que estamos muy cerca
del km 100.
“¿Cuanto queda?” le grito desde lo lejos a Ángel con la
esperanza de que me diga que unos 500 m.
“Que, ¿cuanto queda? cojones, que no te oigo.” Le grito de
nuevo nervioso según me voy acercando.
“7 km “ me contenta.
“Comoooooooooooo!!!!!!!!!!!” le contesto alarmado.
Entro a la carpa donde está el que sí que será el último
avituallamiento con un bajón inaudito. Le veo a Eneritz.
“Pero, ¿cuánto queda?” le pregunto embajonado a Eneritz
“10 km” me contesta.
Madre mía esta va a peor, pienso para mis adentros.
“No puede ser, si pensaba que ya estaba en meta, si esto es
el km 99,5?”
Eneritz no me da explicaciones, solo me da ánimos y
consejos.
“Gaizka come un gel, tranquilo, que vas muy bien” me anima.
“Pero si lo he dejado todo. Estoy roto” le digo.
“¿Te doy una buena noticia?” me pregunta.
“Vas el 23” me informa sin que yo le haya contestado.
Relleno el botellín, como plátanos y obediente cojo un gel,
que en este caso y por cuarta vez, sí será el último y salgo resignado, con los ánimos
eufóricos de fondo de Eneritz, Ángel y Maribel.
Ultimo avituallamiento, animado por Angel |
Los primeros metros después del avituallamiento son de
incomprensión pero en pocos minutos me pongo en situación: UTMB, puesto 23, a
falta de 10 km, me pisan los talones 3 corredores y, me voy a venir abajo ??????.
De verdad, no es por hacer la pelota, me acuerdo de tod@s
vosotr@s, l@s que me leéis y l@s que me seguisteis en directo, no os podía
dejar el mal sabor de boca de después de toda la carrera adelantando posiciones,
que en estos últimos km rompa esa dinámica.
Una vez más, aprieto los dientes, levanto la cabeza, dejo de
arrastrar las piernas y corro ayudado por el braceo con los bastones.
Dicen que: “salida de caballo andaluz, llegada de burro manchego”
y yo tengo que hacer lo contrario, tengo que imaginármelo y creérmelo, soy un
caballo andaluz.
Estos 10 últimos km se me hacen eternos, infinitos,
inacabables pero como todo, tiene su fin.
Veo Chamonix, ya sé donde estoy, a lo lejos le veo a Ángel
con mi txapela (la hinchada esta en todo). Me la da, me la pongo, Ángel corre a
mi lado a la vez que me anima y jura eufórico por la alegría del momento:
“Ostias Txapel, venga, piiiiiiiiiiiiiiii”
me anima eufórico y muy emocionado mientras corre al lado mío.
“Ángel, la he liado” le digo.
Ya estamos en Chamonix, cojo mi buff (que es una ikurriña) y
lo meto entre los dos palos levantándola en alto.
Corro por las calles de Chamonix, en la UTMB, en posición 22 y solo me dejo llevar, disfruto del momento, quiero ser egoísta y este momento es mío. Me acerco a la meta haciendo eses de alegría, saltando, brincando con la txapela y la ikurriña en alto, y por fin llego a meta después de 109 km, en 13 h 02 min (8:02 am) para recibir los tan ansiados dos besos de una rubia, la Poletti (organizadora del evento que recibe a todos los corredores con dos besos).
Corro por las calles de Chamonix, en la UTMB, en posición 22 y solo me dejo llevar, disfruto del momento, quiero ser egoísta y este momento es mío. Me acerco a la meta haciendo eses de alegría, saltando, brincando con la txapela y la ikurriña en alto, y por fin llego a meta después de 109 km, en 13 h 02 min (8:02 am) para recibir los tan ansiados dos besos de una rubia, la Poletti (organizadora del evento que recibe a todos los corredores con dos besos).
Foto de kataverno.com |
Meta con Eneritz |
“Gaizka !!!” me grita.
Un beso y un abrazo lo dicen todo, la emoción es latente, no
hay palabras pero creo que no son necesarias.
Se acerca Maribel, me felicita eufórica, me da dos besos, no
recuerdo más. Son momentos de esos en los que pasan despacio, que vas flotando,
estas en una nube, probablemente me dijeron cosas y yo dije otras tantas pero
no las recuerdo, solo una satisfacción tremenda, una alegría plena.
Despues de las siguientes fotos, hay algun pequeño video, entrevista y noticia:
Con el chaleco de finisher: dedicada a Victor De Pedro |
En meta feliz y contento |
La hinchada: Maribel, Eneritz, yo y Angel, ESKERRIK ASKO!!! |
Con Zigor Iturrieta despues de un pequeño entreno |
Con Iker Karrera (Salomon Santiveri) |
Con Miguel Angel Heras (Salomon Santiveri) |
Con Sebastien Chaigneau (North Face) |
Con Jez Bragg (Norh Face) |
Con Aitor Leal |
Con John Tidd (18º UTMB 2011 y 14º UTMB 2012) |
Con Nerea Martinez (Salomon Santiveri) |
Con Imanol Aleson en meta (19º) |
Con Gaizka Azkorbebeitia |
Con Marce Temprano, que esta preparando Tor de Geants |
Con Iker Urizar |
Con Javi Zorrilla |
Con mas vascos... |
Ultimos 10 segundo:
Mis sobrinos me mandan animos:
Con estos animos, como no voy a correr hasta más no poder !!!
Eskerrik asko guztioi !!!
Enlace a la entrevista en Radio Llodio:
http://radiollodio.com
Enlace a El Diario de Noticia de Alava:
Diario de Noticias de Alava
11 comentarios:
Me descubro, Txapel. Lo tuyo es... ¡inconmensurable!
Gente como tú, que vive de este modo el deporte, el aire libre, la montaña... es un estupendo ejemplo para los que vienen detrás e incluso para los que, como yo (pero sólo en edad) vamos un rato por delante.
Cuídate, que sé que lo haces, y cuídale... que sé que también lo haces.
Me parece que ésta es la crónica que más ansiosamente hemos esperado los seguidores del blog. Sencillamente es-pec-ta-cu-lar, como la participación de su autor en la UTMB, pero también emocionante, emotiva como ninguna de las anteriores. Ya no se me ocurre qué decir del elemento este... ha dejado de sorprenderme, la verdad: a partir de ahora, voy a empezar a considerar este tipo de proezas no como "normales", pero sí como gestas "a su alcance". Es que no queda otra, a los hechos me remito. Conocí en persona a Txapel con motivo de la última Hiru Haundiak, el día que se hizo grande. Ahora se ha hecho ENORME. Miro al futuro con expectación, me pregunto qué se sacará Gaizka de la manga para volver a emocionarnos. Enhorabuena de corazón.
Zorionak txapeldun!!
Gracias por compartir tu sueño y tus emociones.
Y me quedo con tu frase, “salida de caballo andaluz, llegada de burro manchego”......
Zorionak Txapel!!!!!!!!
Sabes que la hinchada no dudaba de ti.
Es una magnifica crónica, sabes hacernos emocionar y vivirla solo con leerla.
Para la próxima UTMB ( que sabes que la habrá) entre los 10 primeros que será de 160 km. Eso si las pilas nuevas y Duracel ehhhhh!
Si todos los emails, mensajes, whatapps... se agradecen profundamente, los mensajes en el blog, no se porque me hacen especial ilusion.
Dedalus, no fallas, eres fiel, eh!!!, yo creo que tu habras sido de los primeros que me pusiste comentarios y de los mas fieles, eskerrik asko.
Frogpeacemaker, fue un placer conocerte en HH. Hace mucha ilusion que te paren y te pregunten "tu eres Txapel, no?". Mensajes como este son los que hacen que la motivacion por seguir corriendo y seguir escribiendo no cesen.
Javi Agustin, esa y otras muchas cosas las aprendi de mi amigo pamplonica Iñigo Esparza, como lo de las 5 esferas, muy importantes, algun dia os lo contare.
Anonimo, se agradece la confianza pero hay que ser realista y si a estas alturas mejorar una plaza o bajar un minuto supone un gran esfuerzo, pensar en llegar al top 10 en UTMB, seria no conocer la grandeza de UTMB. No se si la correre pero simplemente acabarla seria un exito. Eskerrik asko de todas formas.
Hola Gaizka!!
No he podido evitar emocionarme leyendo tu relato. Al igual que tu, yo también estaba allí y también viví esa mágia que envuelve a esta carrera. A los que dicen que el UTMB es el campeonato mundial de carreras de larga distancia, no puedo decirles otra cosa que estan totalmente en lo cierto. La llegada a Chamonix es algo que permanecerá en mi retina durante mucho tiempo..es algo mágico..único...sobre todo es de esas cosas que te dan subidón del bueno para muchisimo tiempo.
Mi tiempo no fue de 13 horas, eso los humanos os lo dejamos a vosotros, pero lo curioso es que aunque mi crono se paró en 22 horas, las emociones y vivencias durante la carrera fueron las mismas... Euforia, desesperación, compañerismo, control, cojones!!! En definitiva.. PURA VIDA!!!!
Se me ocurren pocos disciplinas deportivas tan duras como la autocompetición pero también se me ocurren pocas que llenen y enseñen tanto como esta.
Mi mas sincera enhorabuena por el carrerón, digno de un campeón!!!
Un abrazo fuerte y nos vemos por las montañas.
Álvaro Soriano.
Felicidades Gaizka, pedazo carrera, me tuviste pegado al ordenador siguiéndote. Muy buena tu crónica como siempre, aunque me quedó una duda,qué hiciste después con la meadilla del miedo? Ja ja ja... un abrazo y gracias por compartir tu pasión con todos nosotros.
Iñigo, muy buena apreciacion.
No lo tuve en cuenta pero tuve suerte y justo al lado mio encontre una bolsa de basura donde meti la botella y la deje en un lateral...
Como siempre.... impresionante la hazaña y qué bien escribes, chaval¡¡¡ Y un reconocimiento también a la hinchada-
Un video que emociona de la UTMB:
http://youtu.be/s2qJ0MTxfGg
¿eva armesto gonzález en el asesinato de don celso blanco álvarez el 9 de abril de 2016?
Publicar un comentario