Fuente: www.desnivel.com
El corredor norteamericano es uno de los más reconocidos dentro y fuera de los Estados Unidos. Su filosofía de carrera, unido a su particular forma de vestir en las competiciones, le ha convertido en un referente del trail running a ambos lados del océano.
Sólo hace falta ver una imagen de Anton Krupicka para darse cuenta de que no es un corredor normal. Suele correr sin camiseta ni mochila, lo que unido a su pelo largo y poblada barba, lo convierte en uno de los corredores más fácilmente reconocibles.
Pero lo que muchos expertos destacan de Anton es su filosofía deportiva, buscando en el deporte una conexión más íntima con la naturaleza, una relación que mantiene desde que nació en una granja familiar en la Nebraska rural. Cómo él mismo predica, el trail running es “un contacto con la naturaleza para poder apreciarla más en profundidad en términos de aventura, desafío, inspiración y crecimiento personal”.
¿Cuándo comenzó tu pasión por las carreras de montaña?
Mi amor por los espacios exteriores comenzó como consecuencia de crecer en la parte más rural de Nebraska, en la granja de mi familia. Vivíamos en un estilo de autoabastecimiento y muy en contacto con la naturaleza. Todo lo que hacíamos estaba relacionado con la naturaleza y de ahí viene mi compromiso con el medio ambiente. Esto se reforzó con los campamentos de verano a los que iba, en los que recorríamos montañas, desiertos y costas. El hecho de vivir en una zona rural, hizo que siempre fuera un corredor de montaña, ya que siempre estaba corriendo por las colinas y los pastos cercanos a mi casa.
¿Qué es lo que te hace salir de casa cada mañana para correr tantos kilómetros?
Las montañas en sí son mi gran fuente de inspiración. Nada me satisface más que la sensación de correr a través de un paisaje natural. También me inspiran aquellas personas que aprecian la naturaleza e interactúan con ella en el modo correcto y persiguen un cierto crecimiento personal a través de ello. Me refiero a personas como Reinhold Messner, Ueli Steck, y Steve House, pero también personas anónimas que tratan a la naturaleza con sinceridad y pureza.
Sueles decir que te gusta correr sólo con el material más esencial ¿Ha sido siempre así?
No creo ni que lo haya elegido ni que lo haya descubierto. Correr con lo mínimo es la única forma en la que correr tiene sentido para mí. Cuando comencé, ni siquiera me llevaba una botella de agua porque no me gustaba ese sobrepeso. Lo de correr sin camiseta sólo lo hago si tengo calor. Cuando comencé a competir, simplemente seguí con ese concepto de poco material que, por otra parte, siempre me ha parecido el más lógico.
En los últimos años te hemos podido ver en carreras más largas, de hasta 100 millas. ¿Cómo ha sido dar ese paso?
Para mí, las carreras de 100 millas tratan sobre simplicidad, resolución de problemas, perseverancia e incluso algo de terquedad. Por supuesto que es necesario estar en buena forma, pero yo creo que es muy importante escuchar lo que mi cuerpo me dice. Luego, en las primeras 60 millas, lo importante es no cometer ningún error estúpido, como no hidratarse o llevar un ritmo inadecuado; en el resto del recorrido, hay que ser algo testarudo y estar dispuesto a seguir tirando, incluso si es necesario rebajar tus objetivos.
En estas carreras, es necesario aceptar las duras circunstancias que te esperan y ser capaz de seguir luchando para superar todos estos problemas que surgen. Mi carrera perfecta es aquella en la que soy capaz de resolver todos aquellos contratiempos que, tarde o temprano, aparecen en unas “100 millas”.
¿Cambias tu estilo de correr cuando compites contra otros corredores de élite o simplemente sigues las mismas directrices?
Mi filosofía no cambia en las competiciones de élite, sobre todo porque no compito muy a menudo. Eso sí, cuando lo hago, me gusta que sea una carrera en la que compitan los mejores corredores. No concibo competir si no doy todo lo que tengo dentro, así que no concibo una carrera como un entrenamiento. De todas formas, me gusta estar con confianza en la línea de salida gracias a mi entrenamiento y a mi habilidad como corredor. La confianza en uno mismo es muy importante en las carreras y tenerla marca la diferencia en cualquier deporte. Sin esa confianza, no vería posible competir en ninguna carrera.
¿Cómo compaginas los entrenamientos con el descanso necesario para el cuerpo?
Normalmente escucho lo que mi cuerpo me dice e intento saber qué es lo que mi cuerpo puede o no puede hacer en cada momento. Creo que mucha gente trata de correr muy rápido cada día. Mucho de mi entrenamiento lo realizo a ritmos bajos y, si me siento muy cansado, no me importa subir la montaña andando. Por otro lado, si siento mi cuerpo fuerte, dejo que vuele en algunos entrenamientos.
En muchas fotos sales corriendo sin mochila de líquidos. ¿Cómo te mantienes hidratado?
La verdad es que suelo acabar de correr algo deshidratado, pero no veo la montaña como un lugar para estar lo más cómodo posible todo el tiempo. Si quisiera eso, me quedaría tumbado en el sofá. La mayoría de veces suelo correr con unas zapatillas y un pantalón, ya que no me gusta cargar con material, sino que me gusta que haya lo menos posible entre la montaña y yo. Además, me gusta esa sensación de acabar mi entrenamiento un poco agotado; por ello, no me importa acabar algo deshidratado tras mis dos o tres horas de entrenamiento.
¿Y en carreras más largas qué sistema utilizas?
Suelo llevar una botella en la mano y unos 10 geles en el pantalón, lo cual es suficiente para una carrera larga. La botella que llevo suele ser pequeña y la voy rellenando en los ríos que me encuentro por el camino. Si la carrera va a ser muy larga o la temperatura es muy alta, entonces llevo dos botellas o bebo mucho antes de comenzar la carrera. Como cualquier corredor, bebo y como durante las carreras, simplemente, lo hago un poco por debajo de la media.
¿Qué carrera te gustaría competir y ganar?
Sin duda el Ultra Trail Mont Blanc. Es una carrera bastante joven, pero está en Los Alpes y es de las pocas carreras que han logrado tener atención en los Estados Unidos. Tiene uno de los mejores recorridos y los aficionados son excepcionales. Además, atrae a los mejores corredores del mundo y, en mi opinión, es el Campeonato del Mundo oficioso.
Para terminar, ¿qué les dirías a los jóvenes que quieran comenzar a correr por montaña?
Lo primero es que, si quieren mejorar, deben ser muy consistentes en sus entrenamientos diarios. Desarrollando una rutina, ésta se convierte en hábito y entonces correr es algo de lo que es difícil prescindir, y a mí eso me parece algo muy positivo. Lo segundo es que vea el trail running como algo más que un deporte, como un contacto con la naturaleza para poder apreciarla más en profundidad en términos de aventura, desafío, inspiración y crecimiento personal.
Sólo hace falta ver una imagen de Anton Krupicka para darse cuenta de que no es un corredor normal. Suele correr sin camiseta ni mochila, lo que unido a su pelo largo y poblada barba, lo convierte en uno de los corredores más fácilmente reconocibles.
Pero lo que muchos expertos destacan de Anton es su filosofía deportiva, buscando en el deporte una conexión más íntima con la naturaleza, una relación que mantiene desde que nació en una granja familiar en la Nebraska rural. Cómo él mismo predica, el trail running es “un contacto con la naturaleza para poder apreciarla más en profundidad en términos de aventura, desafío, inspiración y crecimiento personal”.
¿Cuándo comenzó tu pasión por las carreras de montaña?
Mi amor por los espacios exteriores comenzó como consecuencia de crecer en la parte más rural de Nebraska, en la granja de mi familia. Vivíamos en un estilo de autoabastecimiento y muy en contacto con la naturaleza. Todo lo que hacíamos estaba relacionado con la naturaleza y de ahí viene mi compromiso con el medio ambiente. Esto se reforzó con los campamentos de verano a los que iba, en los que recorríamos montañas, desiertos y costas. El hecho de vivir en una zona rural, hizo que siempre fuera un corredor de montaña, ya que siempre estaba corriendo por las colinas y los pastos cercanos a mi casa.
¿Qué es lo que te hace salir de casa cada mañana para correr tantos kilómetros?
Las montañas en sí son mi gran fuente de inspiración. Nada me satisface más que la sensación de correr a través de un paisaje natural. También me inspiran aquellas personas que aprecian la naturaleza e interactúan con ella en el modo correcto y persiguen un cierto crecimiento personal a través de ello. Me refiero a personas como Reinhold Messner, Ueli Steck, y Steve House, pero también personas anónimas que tratan a la naturaleza con sinceridad y pureza.
Sueles decir que te gusta correr sólo con el material más esencial ¿Ha sido siempre así?
No creo ni que lo haya elegido ni que lo haya descubierto. Correr con lo mínimo es la única forma en la que correr tiene sentido para mí. Cuando comencé, ni siquiera me llevaba una botella de agua porque no me gustaba ese sobrepeso. Lo de correr sin camiseta sólo lo hago si tengo calor. Cuando comencé a competir, simplemente seguí con ese concepto de poco material que, por otra parte, siempre me ha parecido el más lógico.
En los últimos años te hemos podido ver en carreras más largas, de hasta 100 millas. ¿Cómo ha sido dar ese paso?
Para mí, las carreras de 100 millas tratan sobre simplicidad, resolución de problemas, perseverancia e incluso algo de terquedad. Por supuesto que es necesario estar en buena forma, pero yo creo que es muy importante escuchar lo que mi cuerpo me dice. Luego, en las primeras 60 millas, lo importante es no cometer ningún error estúpido, como no hidratarse o llevar un ritmo inadecuado; en el resto del recorrido, hay que ser algo testarudo y estar dispuesto a seguir tirando, incluso si es necesario rebajar tus objetivos.
En estas carreras, es necesario aceptar las duras circunstancias que te esperan y ser capaz de seguir luchando para superar todos estos problemas que surgen. Mi carrera perfecta es aquella en la que soy capaz de resolver todos aquellos contratiempos que, tarde o temprano, aparecen en unas “100 millas”.
¿Cambias tu estilo de correr cuando compites contra otros corredores de élite o simplemente sigues las mismas directrices?
Mi filosofía no cambia en las competiciones de élite, sobre todo porque no compito muy a menudo. Eso sí, cuando lo hago, me gusta que sea una carrera en la que compitan los mejores corredores. No concibo competir si no doy todo lo que tengo dentro, así que no concibo una carrera como un entrenamiento. De todas formas, me gusta estar con confianza en la línea de salida gracias a mi entrenamiento y a mi habilidad como corredor. La confianza en uno mismo es muy importante en las carreras y tenerla marca la diferencia en cualquier deporte. Sin esa confianza, no vería posible competir en ninguna carrera.
¿Cómo compaginas los entrenamientos con el descanso necesario para el cuerpo?
Normalmente escucho lo que mi cuerpo me dice e intento saber qué es lo que mi cuerpo puede o no puede hacer en cada momento. Creo que mucha gente trata de correr muy rápido cada día. Mucho de mi entrenamiento lo realizo a ritmos bajos y, si me siento muy cansado, no me importa subir la montaña andando. Por otro lado, si siento mi cuerpo fuerte, dejo que vuele en algunos entrenamientos.
En muchas fotos sales corriendo sin mochila de líquidos. ¿Cómo te mantienes hidratado?
La verdad es que suelo acabar de correr algo deshidratado, pero no veo la montaña como un lugar para estar lo más cómodo posible todo el tiempo. Si quisiera eso, me quedaría tumbado en el sofá. La mayoría de veces suelo correr con unas zapatillas y un pantalón, ya que no me gusta cargar con material, sino que me gusta que haya lo menos posible entre la montaña y yo. Además, me gusta esa sensación de acabar mi entrenamiento un poco agotado; por ello, no me importa acabar algo deshidratado tras mis dos o tres horas de entrenamiento.
¿Y en carreras más largas qué sistema utilizas?
Suelo llevar una botella en la mano y unos 10 geles en el pantalón, lo cual es suficiente para una carrera larga. La botella que llevo suele ser pequeña y la voy rellenando en los ríos que me encuentro por el camino. Si la carrera va a ser muy larga o la temperatura es muy alta, entonces llevo dos botellas o bebo mucho antes de comenzar la carrera. Como cualquier corredor, bebo y como durante las carreras, simplemente, lo hago un poco por debajo de la media.
¿Qué carrera te gustaría competir y ganar?
Sin duda el Ultra Trail Mont Blanc. Es una carrera bastante joven, pero está en Los Alpes y es de las pocas carreras que han logrado tener atención en los Estados Unidos. Tiene uno de los mejores recorridos y los aficionados son excepcionales. Además, atrae a los mejores corredores del mundo y, en mi opinión, es el Campeonato del Mundo oficioso.
Para terminar, ¿qué les dirías a los jóvenes que quieran comenzar a correr por montaña?
Lo primero es que, si quieren mejorar, deben ser muy consistentes en sus entrenamientos diarios. Desarrollando una rutina, ésta se convierte en hábito y entonces correr es algo de lo que es difícil prescindir, y a mí eso me parece algo muy positivo. Lo segundo es que vea el trail running como algo más que un deporte, como un contacto con la naturaleza para poder apreciarla más en profundidad en términos de aventura, desafío, inspiración y crecimiento personal.
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