domingo, 23 de mayo de 2010

Maraton Alpino Zegama - Aizkorri

Fecha: 16/05/10

Distancia: 42, 195 km

Desnivel acumulado: 5.472 m

Web: http://www.zegama-aizkorri.com/

De nuevo estamos aquí, después de medio año sin la adrenalina de la competición. Como muchos sabéis, el año pasado conseguí por tiempo el tan solicitado dorsal para la Maratón Zegama -Aizkorri. Digo lo de tan solicitado dorsal, ya que unos 1500 interesados tendrán que esperar un año más.

Este año también formara parte de la Copa del Mundo Sky Runners World Series, de hecho, será la primera de las pruebas que puntúen, lo que provoca que acudan a Zegama los mejores especialistas de la disciplina, destacando la presencia del catalán Kilian Jornet, tricampeón del mundo, dos veces campeón de la UTMB, dos veces campeón del mundo de sky de montaña… y todo esto con tan solo 22 años.

510 inscritos (454 en la salida)de 12 países diferentes, cada uno un objetivo diferente, unos acabarla dentro del tiempo (8 horas), otros mejorar el tiempo de años anteriores y los menos, optar por las primeras plazas.

En la reunión técnica del día anterior, ya nos informaron de un pequeño cambio en el recorrido por las inclemencias meteorológicas, ya que la nieve hace peligroso un paso justo antes de la cima de Aizkorri. La decisión de otros posibles cambios lo dejan para el domingo.

Son las 8 de la mañana, estiro, me encuentro con Javi Olabarria y Carlos de Orozko, cometamos el tiempo, la nieve…, me encuentro con Arkaitz Ereño, lo mismo. Nos llaman por megafonía, paso el control, comprueban el chip, el dorsal y el chubasquero obligatorio.

La lluvia también quiere tener protagonismo y lo hace desde justo antes de empezar la carrera. Suenan las campanas de las 9 y con la última campana, echan el cohete inicial de carrera.

Quiero buscar un punto de referencia pero no encuentro a nadie que me inspire confianza, poco a poco se endurece el terreno y adelanto a algunos corredores.Continuo adelantando corredores hasta alcanzar a un grupito (6 corredores) en el que me gustaría quedarme, si su ritmo me lo permite. Esta por un lado, la campeona del mundo del año pasado, la italiana Emanuela Brizio y por otro lado Joxe Luis Albizuri (3 veces campeón de Los Tres Grandes), aquí voy bien y adelantar a estos sería muy osado.

La niebla y el sirimiri no desaparecen y hacen que podamos disfrutar de unos paisajes preciosos entre bosques con puestos para el paso de la paloma.

Pasan los kilómetros y nos acercamos al primer avituallamiento desde donde se empieza a oír al publico de Otzaurte, allí estará la hinchada amurriarra y mi primer punto de referencia. No puedo evitarlo y los ánimos de la gente hace que tome las primeras posiciones del grupo. Primero veo a mi aita, cámara de video en mano no pierde detalle, continuo y no veo a nadie más, doy la curva y enfilo la dura cuesta de barro. Levanto la cabeza y oigo los gritos de Eneritz y mi ama, las ansias por correr y el abundante barro hacen que me resbale y tenga que trepar ayudándome de las manos para facilitar el ascenso. Me acerco a ellos, les miro y veo como Ángel, cámara en mano, no para de sacar fotos. Miro el reloj y compruebo que he pasado al mismo tiempo que el año pasado 42 min. Los gritos y animo se van apagando mientras me voy alejando.

No pierdo rueda y continúo por detrás de la italiana y Albizuri. Avanza la carrera y aunque por momentos pienso que ir con esta gente es demasiado para mi, por otro lado, me veo muy bien. Después de pasar por Ulzama nos enfilamos a subir la primera cima, el Aratz.

Atravesamos un bosque, que al abandonarlo nos percatamos que este, nos ocultaba los copos de nieve que están cayendo, madre mía, me quedo perplejo, 16 de mayo y nevando.

La dura pendiente y mi mirada al suelo hace que no vea más allá de los gemelos de Albizuri, son pasos pequeños pero contantes que hacen que avancemos por esta montaña pedregosa. Levanto la cabeza y veo como la italiana impone un ritmo más agresivo distanciándose unos metros. Ni la nieve, ni el frio, ni el viento ha hecho que los aficionados no estén presente.

En un instante de valentía, me atrevo a pasar a Albizuri, la ascensión empieza a ser pesada pero ya queda poco. Hacemos cima, miro el reloj y veo que voy mas rápido que el año pasado.

El viento, la nieve y la piedra mojada hace que tomemos muchas precauciones en el descenso, no me siento cómodo por este terreno y prefiero no arriesgar a estar alturas de carrera (km 16).

Una vez acabada la piedra, entre la nieve, el barro y hierba me encuentro más suelto y agilizo el paso, se que nos queda poco para llegar a la cueva de San Adrián y Santi Spiritu, donde nos espera el pasillo humano que nos ayudara a ascender Aizkorri.

Seguimos el descenso hasta la cueva de San Adrian donde debido a la lluvia hay más gente que en otras ocasiones a cobijo, a pesar de que en estos momentos el sol hace acto de presencia. Los ánimos retumban dentro de la cueva y la humedad y lluvia hace que las piedras estén muy resbaladizas. Salimos de la cueva y nos enfilamos hacia el avituallamiento que tenemos antes de el empiece de los 2 km y medio de duro ascenso.

Antes de lo esperado me encuentro a mi aita entre los aficionados gritándome sorprendido por mi pronta llegada (aproximadamente 8 minutos antes que el año pasado).

“Venga Gaizka, vas el 83”, me grita sorprendido. Le miro sonriente con señal de frescura y sigo para adelante “regula!!!” oigo por detrás.

El 83, es un dato que desconocía y me motiva, ya que el año pasado quede el 98.

Llego al avituallamiento, cojo un trozo de plátano, un gajo de naranja agua y un gel. Me preparo para el tramo más duro de la carrera, ascendemos por un pequeño pasillo humano entre gritos, aplausos, cencerros, bocinas y un gentío que nos anima sin descanso. Es sorprendente como entre todo ese bullicio oigo los gritos de mi ama y Eneritz por encima de todos los demás, levanto la cabeza y les veo a lo lejos. “Animo!!! Venga Txapel !!!”, le veo a Eneritz con el gel, barrita y liquido que le había dejado, cojo el liquido y el gel, me lo guardo y continuo para adelante. Ángel está al lado inmortalizando el momento. Por si no les ha quedado claro, giro la cabeza para atrás, les miro y les levanto el dedo pulgar para arriba dejándoles clara la situación. Los ánimos no cesan y los gritos de los míos los voy oyendo a lo lejos aunque permanecerán en mi mente durante muchos kilometros. La pendiente es muy dura, por lo que me ayudo de las manos apoyándome en las rodillas haciendo palanca y procuro imponerme un ritmo constante. Unos metros más adelante oigo a Maribel, maquina en mano, “Venga Barañano”, la miro, sonrío y continúo.


El ritmo está siendo exigente, adelanto a algún corredor, los cuádriceps se están poniendo duros, mas aun cuando la nieve ya no es algo anecdótico sino que deja oculta la hierba. La dureza se agudiza aunque lo suavizan los gritos que se empiezan a oír a lo lejos, nos acercamos, de nuevo pasillo humano, ánimos, levanto las manos con las palma hacia arriba para calentar a la afición para lo cual hace falta poco, se contagia unos con otros y con los aspavientos la animación es impresionante. Últimos metros y cima. Miro el reloj y voy 10 minutos mejor que el año pasado. Ahora toca el cresterio.


Esta impracticable, es necesario tomar mucha precaución y en muchos casos ir andando es ir rápido. Nos tenemos que ayudar con las manos opoyamdonos en la piedras cubiertas de nueve. La desesperación de algún corredor hace que le adelante.

Después del crestería, seguimos subiendo para llegar a Aitzuri, techo de la carrera y desde aquí nos espera un duro descenso por la bajada bautizada como ostiagorri. Eso en condiciones normales, así que con barro y nieve ...

Me recupero del ascenso y me enfilo para abajo, intento adelantar a algún corredor que duda en la bajada pero mi valentía me provoca una caída, continuo en la misma línea y el resultado, es el mismo, me resulta difícil mantenerme de pie, hay mucha pendiente, mucha nieve, barro y piedras.

Las manos las tengo heladas, la pendiente es muy pronunciada y en uno de los constantes culetazos avanzo resbalando como de pequeños con el plástico por las laderas de los montes de Amurrio cuando nevaba.

No me lo pienso ni un segundo y opto por bajar de culo, llega a ser divertido salvo por el riesgo que corro de tragarme alguna piedra. La táctica funciona y adelanto a dos corredores que bajan “de pie”. Por momentos, la velocidad no controlo y mi único freno son mis manos congeladas, con lo que el riesgo de comerme una piedra aumenta por momentos. Saco la sonrisa de los pocos aficionados que hay presente y de repente, pum!!!, joder una piedra, la nalga izquierda recibe un duro golpe que provoca que aminore la velocidad hasta rematar el descenso con otra piedra, esta vez, el golpe ha sido más centrado.

Tengo las manos heladas, no las siento, no mucho mas allá están las piernas y la adrenalina esta por las nubes. Me levanto y decido evacuar líquidos, llevo un buen rato con ganas y la mala leche por la pérdida de tiempo en estos últimos metros hacen que tome esta decisión.

Miro para atrás y no viene nadie, ha sido un poco arriesgado pero he sacado bastantes metros a los perseguidores, eso sí, este descenso me ha dejado marcado el muslo derecho, izquierdo, brazo izquierdo y espalda. Son rasguños que me entero a posteriori ya que la tension del momento hace que no me entere.

Ahora toca llanear hasta la última subida de la carrera, el Andraitz. Se me hace un poco larga pero voy mejor que el año pasado, ya que recuerdo que por estos lares tuve un pequeño bajón.

Me encuentro bien y sé que después de esta subida, prácticamente es todo cuesta abajo y cuesta abajo hasta la mierda corre.

El ascenso es duro, pero llevo buen ritmo, algún corredor está sufriendo los km (km 28) y gano posiciones. El público aumenta y chupo rueda de un corredor para no perder ritmo. Llegamos a la cima y empezamos a bajar. Ahí mucho barro, por momentos llega a la altura del tobillo, voy muy bien pero no quiero forzar, por lo que sigo sin adelantar.

El descenso continua, el camino se ancha y creo que es el momento de empezara a apretar. Adelanto, sigo para adelante, no estoy cansado, a pesar del barro es un descenso muy agradable en el que voy ganando posiciones aunque todavía tengo reservas.

Empiezo a pensar en apretar pero nos presentamos con un repecho que me rompe el ritmo, me cuesta, me adelanta un corredor, no me gusta nada aunque pienso que la venganza se sirve en plato frio.

Continuamos con el descenso, estamos en el 36 y no tengo buenas sensaciones, no tengo la chispa de unos metros más atrás, me falta fuerza. No sé qué me pasa, las piernas no me duelen, no tengo molestia pero parece que me han desenchufado, joder que pasa.

Procuro pensar en positivo, agilizar el paso, alcanzar al que me ha pasado pero la cosa no va bien, me desmotivo, no puede ser. Pasan los km pero poco a poco, me adelanta otro corredor, intento seguirle el paso pero su frescura es notable frente a mi lentitud.

En una curva, veo a Javi Olabarria hablando con unos aficionados, le pregunto que le ha pasado y me contesta que le meta caña que bajo de las 5 horas.

No tengo fuerza y los ánimos están por los suelos, siento mi cara de sufrimiento, es un sufrimiento más de cabeza que físico, no tengo fuerzas. Km 38, hecho cálculos para ver a cuento hago el km y si es accesible el bajar de las cinco horas. No lo tengo claro. Me adelanta otro corredor, no puede ser, que impotencia, el año pasado era yo el que adelantaba.

Oigo los pasos de otro corredor, que pesadilla, menos mal, es Javi Olabarria, me dice que puedo bajar de las 5 horas, me marca un ritmo que yo solo sería incapaz, no puedo desaprovechar la ocasión, saco fuerzas de flaqueza. Entramos en el asfalto, se oye al fondo al pueblo de Zegama, le pregunto a Javi si queda mucho, Javi me motiva, no sé ni qué tiempo llevo, solo quiero llegar, ya estamos en el pueblo, ultima bajada. Si !!!, por fin, la gente a ambos lados, que gozada, la energía de la gente hace que acelere el ritmo, de repente le veo a mi hermano (no estaba seguro si iba a venir), “venga Txapel, venga Txapel, muy bueno”, llegamos a la zona vallada, animo al público, el ánimo es mutuo, última curva, sigo levantando los brazos disfrutando del momento, le veo a mi ama, como siempre en primera fila, últimos metros miro el reloj y 4 horas 57 minutos. Seis minutos menos que el año pasado puesto 57.

Me acerco a la valla donde esta Ángel y poco a poco van llegando todos con la sonrisa en la boca satisfechos por mi carrera. Mi cara no refleja lo mismo, no estoy contento, estos últimos km no han sido como esperaba. Mis aitas y los aitas de Eneritz se sorprenden “pero si has mejorado el tiempo, encima con el tiempo que ha hecho…” me comentan, les comento lo sucedido y estoy a la espera de que venga Eneritz. Pregunto por ella.

A lo lejos la veo llegar, no ha visto la meta ya que quería coger a uno de los geme (mis sobrinos Asier y Zuriñe) para que vean la meta y no le ha dado tiempo.






Comento la carrera y aprovecho tanta concentración de corredores de elite para sacarme unas fotillos y poder intercambiar unas palabras con alguno de ellos (Javi Olabarria y Txus Romon).









Clasificación masculina:

1º Kilian Jornet: 3h 56 (sin comentarios, IMPRESIONANTE, a 3 min del record de

la prueba)

2º Aitor Osa: 4:08 (ex ciclista profesional) segunda temporada en este mundo y se tutea con los grandes.

3º Miguel Ángel Heras: 4:09 (hermano del ex ciclista profesional)

4º Fernando Etxegarai: 4:13 (Euskal Selekzioa)

Clasificación femenina:

1º Emanuela Brizio: 4:47

2º Nerea Amilibia: 5:09 (Euskal Selekzioa)

3º Ohiane Askorbebeitia: 5: 10

4º Stephanie Jimenez: 5:16 (el año pasado quedo por delante de mí)

Gracias a todos:

A la organización (300 voluntarios para 454 atletas), al valiente publico incansable (presente hasta en días como hoy con nieve, lluvia y 0º de temperatura en algunos tramos), a los míos (Ángel y Maribel por vuestros ánimos y vuestros reportajes gráficos, a mi hermano, Maite y los geme por la sorpresa en meta, a aita y ama por vuestros gritos y ánimos que me acompañan durante muchos km, a los que me llamáis por teléfono, a los que os interesáis por la calle, a los que me mandáis emails, a los que me reconocéis en el recorrido (el hecho de que un aficionado me llame Txapel y me recuerde que tengo que bajar de las 5 horas es increíble) y como no, a Eneritz, por tu apoyo y animo no solo el día de la prueba sino después de cada entrenamiento, sin ese apoyo todo esto hubiese sido imposible.

Mila esker guztioi sentimendu guzti hauek errealitate bihurtzea posible egiteagatik.

PD: Analizando la carrera en frio, creo que ha sido un buen resultado y mi falta de fuerzas se ha podido producir por un exceso de azúcar ya que me tome tres geles y esto puede provocar el efecto contrario.

Video de la carrera: http://www.gitb.info/index.php/bideoak/viewvideo/473/saio-bereziak/ix-zegama-aizkorri-mendi-maratoia.html

(Salgo en el min 9:50 ;-)

Próxima prueba: Hiru Handiak – Los tres grandes (26 de Junio a las 24 horas) 100 km - 10.000 m desnivel

Antes os daré una sorpresa!!!

Mas fotos de los primeros corredores bajando "ostiagorri":