Fecha: 24/05/09
Distancia: 42,195 km
Desnivel acumulado: 5.472 m
Corredores inscritos: mas de 1.400 (afortunados: alrededor de 450)
Llego el día D, después de tres años de espera para poder correr esta carrera, me presento en Zegama para “disfrutar” de este maratón de 5.572 metros de desnivel acumulado puntuable para la Copa del Mundo.
Llegamos a Zegama Eneritz y yo alrededor de las 8 de la mañana después de haber dormido en un pueblo vecino para evitar madrugones.
Aparcamos y llamamos a los aitas de Eneritz y a los míos que están de camino. Una vez todos juntos comentamos los diferentes puntos desde donde van a estar viendo la carrera (km 8, km 21 y meta) y nos despedimos.
(Aita, ama, Eneritz y Angel (Maribel: fotografa))
Me encuentro con Fonso Manterota con el que me junto para calentar hasta la salida.
Son pasadas las 8.30 y decidimos acercarnos al control de dorsales y chips. Mientras hacemos los últimos estiramientos disfrutamos de la presencia del Mexiano Ricardo Mejia, el catalán Agusti Roc, ingleses, italianos …
Nos apelotonamos en la salida, mi mente solo piensa en bajar de 5 horas 15 minutos. Aurresku de honor, betsos, fotos de rigor, música por los altavoces y "ánimo corredores empieza la Maratón Alpina Zegama Aizkorri 2.009, pum!!!"
Damos un rodeo por las calles del pueblo para alargar el pelotón con el proposito de evitar apelotonamientos en la primera subida que se nos presenta, que como inicio no esta nada mal.
Estoy muy mentalizado de no calentarme y procurar no forzar hasta después de Aizkorri (km 22), reservando fuerzas para la última subida dura, que será en el km 30 a Andraitz.
Por ello, salgo muy tranquilo y cómodo, sin prisa pero sin pausa. En primer lugar tenemos que subir a Bidarte, para luego bajar a Otzaurte donde allí estará la hinchada amurriarra y mi primer punto de referencia.
Vamos subiendo poco a poco, queriendo divisar algún corredor@ conocid@ para tenerl@ de referencia. Levanto la cabeza y veo a Ohiana Azkorbebeita (Euskal Selekzioa) a la que me voy acercando, me pongo detrás de ella y me deja paso. Le adelanto, aunque no era mi objetivo ya que quería ir a su ritmo. Llegamos a arriba donde nos espera el primer avituallamiento de los 14 que hay por todo el recorrido (7 líquidos y 7 líquidos y sólidos). Tiramos para abajo por un terreno fácil de correr en el que no quiero forzar pero si me concentro un poco para alargar la zancada. Fruto del esfuerzo de la bajada, al de delante mío se le cae un pedo, joder, además no solo suena, caguen zotz!!! Este no ceno ayer pasta, no me jodas.
Bueno, después de aguantar la respiración unos segundos, a lo lejos ya se empieza a oír el primer baño de multitudes que nos vamos a dar. Aquí en Otzaurte se amontona el público a ambos lados del camino durante unos 100 metros, los pelos se me ponen de punta, la gente aplaude y anima como loca, que pasada. Paso la alfombra del control de tiempos, pico en mi reloj y me fijo que voy bien de tiempo (min 42), mi referencia era pasar por aquí entre el min 42 y 46.
Miro a ambos lados en busca de los míos y le veo a Eneritz al fondo en la curva animando como nunca contagiada por el resto de la afición. Le sonrío y le aprieto los puños en señal de fuerza, al su lado esta mi aita y Ángel.
Tiro para arriba y unos metros mas alante le oigo a mi ama “venga Txapel”, “animo”, la emoción no para y los ánimos del publico mantienen los pelos en punta. Después de este subidon vuelve la calma y me coloco detrás de otra chica que lleva un pantalón con publicidad de Santiveri, marca que patrocina al mejor equipo de la disciplina. Motivado todavía por el subidos de los ánimos recibidos, me animo a adelantarla cuando de repente un aficionado del publico le grita a la corredora “animo Stephanie”, joder, es Stephanie Jiménez, cojones, regulo y me pongo otra vez detrás de ella, Gaizka no te calientes (la semana pasada leí una entrevista suya en la revista Trail). Aquí voy mejor que bien, además Stephanie me va a marcar el ritmo de maravilla, voy muy cómodo y aunque a veces me dan ganas de adelantarla mantengo la compostura y ante todo, las damas primero.
Poco a poco avanzan los km por un pequeño descenso que sin ser muy técnico, es necesario estar concentrado. En un terrerno sin muchas complicaciones de repente Stephanie se tuerce el tobillo, “no jodas” me sale de dentro egoístamente pensando que ya no iba a tener quien me marcara el ritmo. Miro para atrás y se queda, joder que putada, ahora lo pienso por ella, venir desde Andorra para lesionarte en el km 11.
Bueno, yo a lo mío, ahora tengo que afrontar el Aratz, el primero de los puntos altos de la carrera. Voy en solitario y eso no me gusta (prefiero ir detrás de alguien así no tengo que andar fijándome en las marcas y mas aun si se que ese alguien es una persona que sabe llevar el ritmo) así que aprieto un poco para alcanzar a alguien por adelante. Poco a poco lo consigo y acorto distancias. Genial, es Alizia Olazábal (Euskal Sellekzioa) otro muy buen referente. No es por nada pero las chicas me dan mas confianza que los chicos porque son corredoras con mucha experiencia que han corrido muchas veces esta carrera y otras de este nivel y se saben regular. Los chicos, hay mucho cabra loca.
Me encuentro muy bien, me pongo en paralelo con Alizia, le comento que Stephanie se ha torcido el tobillo y le adelanto.
Por momentos, pienso que debería de regular, que Alizia me marcaría el ritmo muy bien pero por otro lado me veo fuerte, así que a pesar de adelantarle procuro no forzar en exceso todavía, no hemos llegado ni a la primera cima y esta carrera es muy larga.
Sale un poco el sol y nos metemos de lleno en la subida del Aratz,
de vez en cuando levanto la cabeza para disfrutar del precioso paisaje pedregoso que este monte nos presta. En una de estas, alcanzo a ver a otra chica, quien será?, no la conozco y parece que es vasca, no se quien es, el publico la anima y le informan de que va la tercera clasificada y de repente un espectador la nombra “animo Ohiana”. Ah!!! si, ahora me doy cuenta quien es (nueva incorporacion a la Euskal Selekzioa).
Poco a poco la adelanto y ya estamos a punto de hacer cima del Aratz, primera montaña en la que el público ayuda en el ascenso, entre ellos Arkaitz Ereño (ausente por lesion) al que saludo sorprendido mientras me anima.
Si para arriba es duro para abajo no lo es poco, son zonas técnicas donde la concentración es elemental. La carrera avanza y los tiempos de paso marcados como referencia me desconciertan, voy demasiado bien, muy cómodo, hasta el momento no he sufrido y estoy disfrutando.
Después de este descenso miro el reloj y por los km que marca, ya dentro de poco llegaremos a Sancti Spiritu justo despues de la cueva de San Adrian, lugar emblemático antes de empezar a subir Aizkorri. Dicho y hecho, aquí estamos, que recuerdos (aquí vi pasar un rato la carrera como espectador hace dos años), uau, ahora llega lo bueno, el publico ya esta presente cuando todavía quedan unos metros para que empiece la subida. Estoy nervioso aquí están los mío otra vez.
Acelero, adelanto, la gente anima y al fondo veo el avituallamiento. Paro, bebo, cojo un gel, un trozo de plátano y mas liquido. Salgo del avituallamiento enfilado para empezar el duro ascenso de apenas metro y medio de ancho provocado por el pasillo que nos deja la afición. Los gritos son alucinantes pero por encima de todos ellos oigo el de mi ama, levanto la cabeza y allí la veo de cuclillas, sonriente, gritando y animando como si se le fuese la vida en ello. Al otro lado del estrecho pasillo esta Eneritz con la cámara de fotos casi en medio del camino agachada animándome efusivamente, detrás esta Ángel, yo creo que emocionado por el ambiente. Me acerco y les grito “voy demasiado bien”, se ríen y tiro para adelante (en ese momento no existía, cansancio, dolor, sufrimiento) el publico te sube. Surge una sensación de emoción por mi cuerpo que no puedo describir, agacho la cabeza y tiro para arriba cuando de repente le oigo a mi aita gritar desde lo lejos (pensaba que ya no les iba a ver porque con tanta gente y ruido puede que no me haya enterado), levanto la cabeza y le veo con los brazos en alto gritando y detrás Maribel animando. “Voy de cojones” les digo, me animan y continuo el ascenso, el subidon hace que adelante a dos que iban justo delante mío sin apenas esfuerzo, “regula” le oigo a mi aita a lo lejos. Que subidon, increíble, inenarrable.
Después de unos cuantos metros de griterío, los aficionados empiezan a escasear hasta volver a estar solos, todavía no he subido casi nada en comparación con lo que nos queda, la pendiente es durísima, y procuro marcar un ritmo. El cansancio se empieza a notar, este desnivel es matador, mantengo la plaza y me intento concentrar. Después de un largo y durísimo ascenso en el que he perdido algun puesto inesperadamente se vuelve a oir el ruido de la aficion en la cima. Nos hacen pasillo, nos animan con aplausos, gritos, bocinas, carracas, cencerros, llega casi a hacer daño a los oídos, es una pasada, la emoción me hace sonreír, levanto los brazos animando al público y pego un grito provocado por la euforia “venga cojones, ánimo”, la gente se vuelca animando aun más. Por fin cima, control y avituallamiento. Necesito agua, he empezado a tomar abajo un poco de gel y se me ha quedado la boca seca, he tenido miedo de deshidratarme y me lo he guardado para cuando este sobrado de liquido. Bebo y tiro para adelante, hemos llegado a la mitad de la carrera.
Yo pensaba que después de subir Aizkorri, se descendía, pero no, nos toca una zona muy técnica por todo el cresterío por donde no se puede correr, muchas veces tienes que poner las manos en las piedras porque una caída aquí puede ser muy peligrosa. Este cresterío nos ralentiza y no nos deja descansar, mas aun, cuando después de atravesarlo nos tenemos que enfrentar a la cima de la carrera Aitxuri (1551 m), monte mas alto de la CAV.
Una vez hecho cima nos enfrentamos a un descenso muy técnico que no te deja relajarte, hay que estar concentrado y los cuadriceps se castigan en exceso. Empiezo a notar el cansancio y quiero un poco de tranquilidad pero esta no llega.
A pesar de creer ir con buenos tiempos de paso para cumplir el objetivo mi mente se viene un poco abajo, el cansancio esta presente y todavía estoy por el km 25 aproximadamente.
Ya estamos abajo, se que ahora tenemos que atravesar las campas de Urbia para subir el ultimo monte, Andraitz.
Venga Gaizka, venga que vas de cojones pienso para mis adentros, pienso en positivo, me auto motivo, empiezo a pensar en todo lo que he entrenado para llegar hasta aquí, la oportunidad que he tenido en correr esta carrera y que ahora puedo conseguir dorsal para el año que viene, no me perdonaria venirme abajo. Me concentro, procuro llevar una zancada mas alegre y no caer en un trote llevadero. Se que le mente en este punto kilometrico me puede jugar una mala pasada.
Procuro alargar la zancada, concentrarme y motivarme, no me adelantan y no adelanto, así que no voy mal, atravieso las campas y llego al avituallamiento antes de empezar a subir. Veo que esta la cruz roja, le pido que me eche reflex detrás de la rodilla derecha como si se hubiese vuelto loco, tengo unas pequeñas molestia y no quiero que vayan a mas. Paro en el avituallamiento y veo como me adelantan Stephanie y Alizia Olazábal, que caña!!!, bebo agua y para arriba.
Este ultimo monte se que es un km con mucha pendiente pero que después de esto es todo bajada, lo cual me motiva. Tiro para arriba a buen ritmo con ganas de empezar el descenso. Llego a cima, miro el reloj, km 31 con 4 horas 3 min de carrera, comparo con mis referencias y alucino, voy demasiado bien, empezamos a bajar.
He recuperado fuerzas y quiero ir mas rápido pero el terreno no me lo permite, se que mas adelante se puede correr sin problemas así que prefiero ser prudente en estos tramos para luego apretar los dientes.
Adelanto a algún que otro corredor que está desfondado, yo voy tremendamente suelto, voy muy fresco, paso un avituallamiento sin parar, no parece que me haya metido el polizón que llevo en las piernas. Sigo adelantando corredores, algunos están tirados en el suelo por que se les suben las bolas o apoyándose en los árboles para poder estirar, aquí se ven los excesos del principio.
Avanzamos por caminos cómodos en los que se puede correr, estamos por el km 35, miro el reloj, hago cálculos y en un momento de locura mental, pienso, si aprieto un poco bajo de 5 horas.
Los ánimos están por las nubes, estoy pletórico, es todo bajada sencilla en donde se puede correr, derrepente me sorprende otro avituallamiento, me paso de frenada y les grito a los del avituallamiento “si ya no queda nada!!!” y me grita uno de ellos “ahí va la ostia, es que los de Amurrio no necesitáis agua!!!” (en la espalda de mi camiseta pone Amurrio).
Sigo corriendo y le veo a Alizia Olazábal, no va muy fresca, le pregunto a ver que tal, le animo y tiro para adelante.
Tengo un poco de sed, tendría que haber bebido en el ultimo avituallamiento pero en breve me presento en el ultimo avituallamiento, paro, bebo y para adelante. Estoy en el 38, tengo que apretar mas los dientes para bajar de 5 horas.
Ya no queda mucho, me anima un espectador y me informa que si voy bien que apriete que hay mucho por delante que van jodidisimos. Esto me motiva, veo a uno, le cojo, le paso, miro para adelante y hay un grupo de tres corredores que van andando, están rotos, no pueden mas, les paso, sigo, km 40 miro el reloj y veo que es prácticamente imposible bajar de 5 horas, el esfuerzo me ha pasado factura y decido relajarme un poco, creo que me lo tengo merecido, he hecho una muy buena carrera.
Quiero que llegue el final, ahora si que estoy cansado, estos últimos km han sido brutales, miro para atrás, no quiero que los que he adelantado me pasen, no hay problemas, viene lejos, decido disfrutar del momento, han sido muchas veces las que he soñado con este final.
Hay muchísima gente, aplauden, yo miro a los lados, quiero ver a Eneritz, a mis aitas y a los de Eneritz, no creo que se esperen que llegue tan temprano porque les había dicho que en el mejor
de los casos llegaría a las 5 h 15 min. Levanto los brazos en repetidas ocasiones para calentar al publico, lo que consigo sin mucho esfuerzo, les animo a que me animen, sonrió, estoy feliz, doy la
ultima curva, miro a todos los lados, quiero verles. No se como con todo ese ruido oigo la voz de mi ama animándome con cara de sorpresa, yo tampoco me lo creo, le miro sonriente, alucinado, miro el reloj de meta, 5 h 3 minutos, me hecho las manos a la cabeza en señal de incredibilidad, cruzo la meta mas que feliz y veo a Stephanie Jiménez tirada en el suelo destrozada rodeada de unos cuantos de la organización, me agacho y me agarra un voluntario de la organización por precaución. Le comento que estoy bien (relativamente) me dan agua y le miro a mi ama para que vengan a la parte de atrás.
Vienen todos, me miran y me dicen, que tal? bien, no? Les digo que si, les quiero expresar lo feliz que estoy pero no se como, les digo “increíble”, increíble”. Estoy roto, me agacho, no puedo ni hablar. Cuando descanso un poco les comento lo bien organizada que esta, lo magnifico de su ambiente (ellos ya lo han vivido), lo dura que es, lo bonito de sus paisajes y como no, lo feliz que estoy.
A día de hoy no me lo creo, la satisfacción personal es tal que no he pensado que voy a hacer mañana, todavía estoy disfrutando de lo de ayer.
Si quisiera, la temporada ya habría acabado porque este resultado me complace para mucho tiempo pero la verdad que no se si correré alguna otra carrera o no, lo que si se, es que esto me ha motivado para seguir entrenando y estoy seguro que todavía tengo posibilidades de mejorar.
Agradezco vuestro interés a todos los que me seguís en este blog, como a los que me habéis mandado emails, a los que me habéis llamado por teléfono o me habéis parado por la calle preguntándome por la carrera.
Soy uno mas en el mundo de las carreras de montaña pero mi satisfacción personal es tal que para mi hoy soy el campeón, el TXAPELdun.
El puesto, no es nada desdeñable, he entrado en el TOP 100 en una prueba de la Copa del Mundo, puesto 98.