Fuente: www.corredordemontana.com
En esta semana post UTMB, y ya de "vuelta de vacaciones", toca pasar la crónica de nuestra odisea americana. Primero felicitar a Kilian, Iker y Nerea por el podium en Chamonix y también al resto, a los que terminaron y a los que lo intentaron porque el trabajo de tantos meses lo merece independientemente del resultado. Si la redacción de CdM me lo permite, me gustaría escribir en otra ocasión sobre el tema (“por supuesto, Txus”)..
Este año estoy disfrutando de las carreras, del Trail. La temporada nos la planteamos de manera relajada; correr pero más, conocer sitios y gente. Entrenar y competir pero sin perdernos los detalles y las experiencias que nos regala viajar a un lugar diferente. En Abril, asociados con mi hermana Eva y su marido Urko compramos billetes para USA, 20 días por los Parques Nacionales. Con ese plan ¿Quién necesita más? Nosotros. Casualidades de la vida existe una carrera de nivel “Internacional” en el estado de Colorado, en Manitou, la Pikes Peak Maratón, 42 km (26 miles) con 4600m de desnivel acumulado entre 2000m y 4302 metros de altitud. Una oportunidad para correr en un país diferente, una carrera con tradición y que ya conocen muchos de los nuestros; Agustí, Toti, Gaizka, quienes participaron en las World Series en diferentes años.
Así las cosas encajamos el evento en nuestro calendario y comencé con el proceso de inscripción. El plazo normal había comenzado en marzo y ya estábamos en abril pero mis ganas de participar, la posible buena disposición de los organizadores para acoger a un forastero y caso extremo la existencia de personas a las que podría recurrir para conseguir un dorsal, me hicieron marcar con una “X” el 21 de agosto. Lo primero fue un mail a la organización pidiendo ayuda y sorpresa, gran honor, me contesto Matt Carpenter, multiganador y recordman de la prueba. Me confirmo que el plazo había terminado pero que tenia la oportunidad de acceder vía invitación, como los buenos, pero que ese tema lo llevaba el Race Director, Ron Ilgen y que él por ser competidor no quería interferir ¿?. A continuación envié los datos que me pedían y tres resultados de relumbrón, una carrera francesa, una catalana y otra vasca….parecía bueno. Todo esto explicado en ingles y con las correspondientes webs oficiales para que lo pudieran contrastar.
Al mismo tiempo descubrí que el día anterior se disputaba el ascenso o Pikes Peak Ascent, y este año era puntuable para la Copa del Mundo ISF ¿pues así será más fácil, no? Pasaron mayo, junio y terminando julio llego la contestación. Entre tanto Pau Illa, a través de Salomón ya había intercedido por mí con una respuesta ambigua como resultado. La contestación para mi fue, tres meses mas tarde, “sus cualificaciones no son lo suficientemente buenas, no tiene experiencia y por lo tanto al no tener posibilidades de terminar en el top ten sus solicitud es rechazada”. Un nudo en la tripa ¿Qué hago?
Llamo a Eneko de la EMF que me había ofrecido ayuda y a través de Jordi Marimón intentamos con un currículo mas detallado y extenso demostrar, que sí tengo experiencia; algún 1º puesto, pocos 2º pero unos cuantos “top ten”. Ni así. Mi ultima opción es conseguir una entrada para el ascenso que es oficial para la ISF y luego descender por mi cuenta. ¡no way! No puedo. Jordi me propone que como voy a ir de todas formas (el cerebro blando pero el cráneo duro), busque a Ron Ilgen e intente conseguir un dorsal. Las sensaciones no son buenas pero la ilusión persiste.
Nos vamos a USA vía San Francisco, ideal para entrenar. Como acusamos el cambio horario a las 5 estamos danzando, así que, aprovechamos para corretear por la ciudad ¡que lujo! Súper cuestas, lugares emblemáticos…conocemos Yosemite donde Argiñe se deja literalmente la piel haciéndome de liebre cuesta abajo. Visitamos Mamooth lakes , meca del mountain bike downhill. Pasamos Death Valley, -86m y 52ºC, para oxigenar ¡Im-presionante!. Una vez en Las Vegas (que brutos son los americanos, todo lo tienen que hacer a lo grande) cogemos el vuelo a Denver y Manitou Springs, Ron nos espera. Señor serio, canoso, nervudo, un yankee 100%. Comenzamos el dialogo; yo quiero la maratón, pero me conformo con el ascenso. Le explico y le suplico y parece que flojea ante mis pucheritos, se ve un poquito de luz, lo va a consultar. Tras una hora dando vueltas vuelve con una señora rubia que me dice lo que no quiero escuchar “es tarde (¿mayo, junio, julio?) Y por seguridad no me pueden dejar correr porque no tienen referencias (¡pero mujer!)”. El yankee nos ofrece 4 cupones de cena…”perdona, no queremos cenar, lo que quería era correr ¿hay algún problema en que lo haga por mi cuenta?”. Me contesta que puedo, que la montaña no está cerrada. OK, el domingo saldré, se lo confirmo y me parece que se queda un poco…mosca. La ilusión persiste y las tres personas que vienen conmigo me animan, porque saben que lo que me gustaría seria correr.
El sábado, los catalanes me invitan a subir, Fernando y Pilar que tienen a Xavi, Oscar y Laia haciendo la copa. No nos dejan llegar arriba porque no tenemos la acreditación y explicárselo a un Ranger con órdenes estricta no sirve de nada así que subimos en la furgoneta antes de que nos espose. Una vez arriba abandono a mi grata compañía y me dejo caer hasta abajo pensando que 21 km no me van a hacer mucho daño ¿No? Llega el primero, Mario Macías, 2h 08´, un monstruo. Luego conozco a Pellisisier, Oscar, Xavi, los Andorranos y Laia que pese a no estar habituados a la altitud están en la pomada (los americanos corren mucho) y lo hacen muy bien. A 4 millas de la cumbre escondo un botellín de 500ml para el día siguiente y me encuentro con lo que me esperaba; un tío vomitando tipo escopetazo, una chica patidifusa, un señor de más de 60 años que no era precisamente Marco Olmo y muchas otras muestras de lo bien que funciona el filtro de la organización. Me veo todo el recorrido y me preparo el plan para el domingo.
Día “X”, 21 de agosto
No hay imperdibles en mi camiseta pero he venido a correr. Preparo mi riñonera Salomón con 600ml de agua, media barrita y 2 geles. Llego a la salida todavía con legañas y escucho el himno norteamericano, todo el mundo en respetuoso silencio.
Argiñe me acompaña 50 metros por delante de la salida, a la acera, y me pregunta cómo me siento. La sensación es…SALIDA, dejo pasar a una docena y me cuelo en la fiesta americana. Hay dos que se van mucho pero yo me quedo en el grupeto porque estamos en el pueblo y no quiero dar la nota. Además voy de rojo matador. Empiezan las rampas, todo correr, yo voy tomando mi agüita y me estabilizo detrás del 3º que lleva buena marcheta mientras paso por los avituallamientos con la cabeza gacha, sin tocar nada y pidiendo perdón con la mirada. Los voluntarios son estupendos y no paran de gritarnos “Good job!” (buen trabajo). En la 5ª milla me tomo un gel SIS que no necesita agua y me hidrata. Llego a la 9ª milla y recupero mi botellín (menos mal que las marmotas no han pasado por aquí) como un furtivo, relleno mi bote y en el siguiente avituallamiento tiro el recipiente para no dejar huella. A unos 3500m de altitud, después de ingerir la barrita, una inconfundible sensación de ahogo y tontera me avisan de que mi organismo no está plenamente adaptado ¿tendría razón Ron? Aflojo un poquito mientras preparo el gel y consumo las últimas 3 millas como en los entrenos en casa, sin sufrir pero sin destensar la cuerda. Matt Carpenter ya baja y ni siquiera saluda. El segundo es mucho más simpático y empiezo a oír los gritos de ánimo que me suenan. Son Urko, Eva y Argiñe que me han subido Powerade (sales), 2 geles y agua para mi botella. “¡Pero si vas de paseo!”, “Que no, que voy globo”.
Mientras los del control flipan con el panoli que va sin dorsal y los gritos de sus secuaces, relleno, bebo y enfilo la bajada mientras el 3º va llegando a trompicones (vomito incluido). La bajada no tiene ninguna complicación más que un pino que me como al cruzarme con los que suben pues el trazado se repite. Acostumbrado a nuestros caminos más técnicos los esquivo dando brincos por el arcén y la gente me anima igual “Good Jooob!” (pienso, esto no es trabajo, es un hobby).
Entro en el pueblo con los vastos externos flagelados por los dos descensos (a quien se le ocurre) y cuando reconozco la llegada y a mi familia los veo; Son Kevin Costner y Silvester Stallone con sus radios y los brazos abiertos, me quieren. Salgo de los conos pero Kevin Costner me quiere placar… “¡Quiiiiita, Oleee!” un recorte en el último momento y llego por la carretera general en paralelo a la meta que marca 4h 06´10”. Solo han entrado dos. Doy un abrazo a los míos mientras me cuentan que la megafonía ha anunciado hace un rato “…in 3rd position a non identified Spanish runner”.
Por eso me esperaban Kevin y Silvester, para identificarme. Mientras lo decían, Ron se había ido a la trastienda a por una aspirina. Saludo a los catalanes y me pregunto ¿Dónde estará Ron? Lo encuentro, igual de tieso, “Hello, lo hice, todo el recorrido sin pisar fuera del sendero (preguntadle a Agustí Roc lo que le pasó el año que ganó) y llegué bastante bien. Gracias y espero que para otra oportunidad seáis mas considerados con los corredores extranjeros.” Y él contesta “OK, ya te dije que el curriculum no estaba claro y además son “nuestras” reglas, lo siento, inténtalo el año que viene”. Ja, ja, ja, “Sorry,I will not return, goodbye”. Llegados a este punto y habiendo terminado ”cerca” del top 10 podría haberle dicho que no tenía ni pajolera idea de Trail running pero después de visto el pico pato (en mi pueblo se dice de otra forma) y tampoco era cuestión de provocar un conflicto internacional.
Lo que realmente creo, es que desde mayo no tuvieron ninguna intención de aceptarme y mi ímpetu me cegó hasta el punto de no ser consciente de que por la razón que fuere, mi presencia allí no era grata.
Siento haber incordiado a : Pau, Eneko, Goio y a Jordi. Agradezco con el corazón su paciencia a: Eva, Argiñe y Urko. A Ron Ilgen le deseo mucha suerte con “su carrera” y pido perdón porque tal vez, un servidor no tenía derecho.
PD: Conozco a muchos organizadores de carreras y espero que mi comportamiento no ofenda a ninguno. Tampoco creo que ninguno de los que conozco que se parezca a aquel señor americano. Estados Unidos tiene paisajes de ensueño, de verdad que me quedo con eso.
1 comentario:
estos yankees... lo que no querían era que les diese pal pelo un desconoido para ellos, pero Txus siguió a lo suyo, corro porque corro
good job!!! y que les den
agur
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